Marisol Gavidia Hernandez

Marisol Gavidia Hernandez
Marisol Gavidia Hernandez

viernes, 13 de mayo de 2011

Reir para sanar

Si se siente dolido o deprimido fuerce el curso natural de su tristeza con un poco de humor. Pruebe, no le costará nada.
La Risoterapia se podría definir como la terapia grupal o individual que, a través de distintas actividades, nos induce a la risa con fines curativos. Se conoce que la acción de reír aporta muchos beneficios a todo ser humano como los siguientes: previene el envejecimiento, evita la tristeza, aumenta la vitalidad, combate la depresión y el estrés, levanta las defensas del organismo, quema calorías (cinco minutos de risa equivalen a cuarenta y cinco de aerobics) y se la considera una manera excelente para lograr relajarnos y abrirnos a nuestra capacidad de sentir y amar. Freud le atribuía el poder de sacarnos la energía mental negativa para transformarla en energía positiva, en bienestar y en salud. La Risoterapia surgió de la mente del médico estadounidense Patch Adams, quien ya desde su época de estudiante de medicina, visitaba a los enfermos con una nariz de payaso buscando provocar la risa, la que en algunos casos llegaba a curar las dolencias y en los que no, mejoraba considerablemente los síntomas. Adams, luego de graduarse en medicina, dio origen e impulsó el movimiento de la Risoterapia, el que se fue perfeccionando con los años y que ha llevado a su creador a enseñar sus técnicas por todo el mundo.
Las críticas pueden decir que estas son recomendaciones banales y simplistas pero si miran a su alrededor verán que la mayoría de la gente ante un problema, una desilusión, un desengaño, se inclinan por sufrir. Bucean constantemente en su tristeza buscando imágenes mentales que les recuerde el motivo de su desgracia y su dolor y así, la llegada de la paz espiritual y de la alegría se posterga cada vez más.
Entonces, si la Risoterapia nos rescata del dolor y además nos provee de tantos beneficios, que mejor que empezar a buscar y estar abiertos a las oportunidades de reír, haciéndolo principalmente de nosotros mismos (antes que se nos adelanten!), porque un signo de madurez y sabiduría es no tomarse la vida (ni a uno mismo) demasiado en serio.
Herramientas terapéuticas
Existen muchas maneras de provocar la risa y todas son válidas: las cosquillas, la expresión corporal, bailes, disfraces etc. Un ejercicio consiste en mirarse al espejo y reírse utilizando las distintas vocales, cada una de las cuales tiene un efecto terapéutico propio. Así, al utilizar la “a”, se relaja la zona del cuello, con la “e” se alivia la garganta y se facilita la comunicación, con la “i” se aumenta la intuición y la creatividad, la “o” actúa en la zona abdominal y pulmonar, y con la “u” se estimulan las hormonas y los órganos sexuales. Pero se recomienda repasarlas a todas, (no anden por ahí a puro ju, ju, ju solamente!)
Consejos para mejorar el humor
  1. Aprende a reírte de ti mismo
  2. Bromea con las palabras. Inventa y repite trabalenguas, canciones y versos.
  3. Cultiva y conserva una actitud de juego. Piensa si no estas tomándote la vida muy en serio y si es así relájate.
  4. Escribe lo que te hace gracia y haz reír a los demás
  5. Imagina situaciones graciosas en tus actividades cotidianas, aunque sean serias
  6. Juega a menudo con niños o animales
  7. Busca estar con gente que tenga buen humor
  8. Minimiza la gravedad de los problemas. Piensa que, para que se solucionen, no es necesario que te amargues. Y si la solución no está en tus manos, decídete a sacarle algo al mal momento: su lado cómico.
  9. Esfuérzate por reír cada vez más y más fuerte
  10. Aprende a contar chistes y a relatar graciosamente tus propias vivencias
Y ahora un poco de práctica
Filosofía de la buena:
  • Cuando alcancé la sabiduría ella se dio vuelta y me dijo: – ahora me alcanza cualquiera!
  • El matrimonio es una carga tan pesada que hay que llevarla entre tres
  • Resulta que hasta mis debilidades son mas fuertes que yo
  • No quiero ser un buen ejemplo, prefiero ser una horrible advertencia
  • No soy vago, soy tímido para el esfuerzo
Cosas de niños:
- El profesor le pregunta a Paquito: – ¿Cómo suena la M con la A?.
Y Paquito responde:- MA.
Y el profesor le dijo: – Muy bien Paquito, ¿y si le colocas tilde cómo suena?.
- MATILDE.
- ¡Mamá, mamá! ¿Cómo nací yo?
- Te trajo la cigüeña.
- ¿Y tú?
- A mí me compraron en Paris.
- ¿Y papá?
- Tu papá nació de un repollo
- ¡Pero, bueno! ¡Es que no ha habido un parto normal en esta familia?
  • Un ciego se equivoca de puerta en un restaurant y en vez de ir al baño entra en la cocina, comienza a tantear, se topa con un rallador y se lo oye comentar: -Quien habrá escrito estas estupideces!!!
Con esto damos por finalizada la sesión de terapia grupal. Después de leer esto esto mírense al espejo. Tienen que estar más jóvenes, más delgados, más guapos y sobre todo más felices. Si no es así no se preocupen, no es que la terapia no funcione sino que estos chistes son muy malos!

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