Marisol Gavidia Hernandez

Marisol Gavidia Hernandez
Marisol Gavidia Hernandez

miércoles, 28 de noviembre de 2012

A N I M O

Espéralo



Sólo muy de vez en cuando conseguirás más que lo que aspiras conseguir. Así que acostúmbrate a esperar lo mejor. Aunque tus expectativas por si solas no producen tu realidad, sí definen en gran medida la dirección que ella tomará.
¿Qué esperas conseguir hoy, esta semana, este mes? ¿Cómo esperas que los demás se relacionen contigo? Tus expectativas guían tus actos. Saber lo que estamos esperando nos permite planificar exactamente lo que hacer.
Sea lo que fuere que sinceramente esperes, vas a trabajar por ello, lo vas a cuidar, vas a perseverar y lo vas a fortalecer. Eso hará que suceda. Tus expectativas influyen fuertemente en tus acciones conscientes tanto como en las inconscientes.
Si esperas que el día sea monótono y aburrido, lo más probable es que así sea. Cuando esperas que el día sea productivo y pleno, te encontrarás a ti mismo actuando para satisfacer esas expectativas. Proponte esperar lo mejor, y luego comprométete a perseguir esas expectativas.
 
Mejóralo



Si no estás satisfecho con lo que es, entonces ocúpate y visualiza lo que puede ser. Reemplazar o mejorar lo que uno no desea es mucho más efectivo que limitarse a rechazarlo. Hacer algo es infinitamente mejor que sólo quejarse.
En lugar de gastar tiempo y desperdiciar esfuerzo en quejas inútiles, invierte en mejorar la situación. Avanzar te llevará mucho más lejos que ponerte en contra.
Están aquellos que se quejan, que se enorgullecen convirtiéndose en víctimas. Y están aquellos que ven la enorme oportunidad que viene junto con mejorar una situación. ¿Cuál de estos enfoques crees que tiene más sentido?
Si hay algo que no te gusta, mejóralo. La distancia entre ver algo que te disgusta y visualizar cómo podría ser mejor no es tan grande. Pon algo de esfuerzo tras esa visión. No te quedes ahí parado, quejándote. ¡Mejóralo!
 
 
¿Estás tratando demasiado?


Aquellas cosas que “tratas” de hacer, por lo general nunca parecen concretarse. Puedes convencerte a ti mismo de que estás intentándolo. Puedes decir a los demás que estás tratando. Sin embargo, sólo cuando finalmente te pongas a hacerlo lograrás concretar algo.
¿Qué pasaría si eliminaras de tu vocabulario la palabra “intentando”? Por una parte, te obligará a ser más específico. En lugar de decir "Estoy tratando de completar este trabajo " tendrás que decir específicamente qué es lo que has hecho hasta ahora. Si no tuvieses el “tratando” para apoyarte en él, quizás serías más capaz de avanzar y lograrlo realmente.
Hacer un esfuerzo sincero es maravilloso, pero un “intento” pobremente enfocado de poco sirve. Cuídate de no estar intentando demasiado y haciendo demasiado poco. Olvídate de intentarlo. Ponte en marcha y ocúpate de hacerlo.
UBL
TOMADO DE LA WEB
Publicado por: Marisol Gavidia Hernàndez

No hay comentarios:

Publicar un comentario